¿Podría la vitamina D ser la clave para prevenir la obesidad?
•Publicado el octubre 03 2018
La obesidad es un problema creciente en todo el mundo hoy en día. Junto con estas crecientes estadísticas, también está la creciente cantidad de programas de dieta y ejercicio que intentan ayudar a las personas a perder peso. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que la dieta y el ejercicio pueden no ser la solución completa al problema de la obesidad. La vitamina D, también conocida como la vitamina del sol, puede ser la clave para ayudar a las personas a perder peso y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
¿Qué es la vitamina D?
La vitamina D es una vitamina liposoluble que se puede absorber del sol y de algunos alimentos. Dado que no se encuentra en muchos alimentos, es importante obtener esta vitamina del sol. Por lo tanto, si no sales a menudo a la calle por algún motivo o si vives en una zona muy nublada, es posible que tengas que tomar un suplemento.
Los alimentos que puede comer para obtener esta vitamina solar incluyen pescados grasos como el salmón, el atún y la caballa. También puedes obtener pequeñas cantidades del hígado de res, las yemas de huevo o el queso. Además, algunas leches o jugos de naranja pueden estar fortificados con esta vitamina.
La ingesta diaria recomendada de vitamina D es de 800 UI o unidades internacionales. Cuando vayas al médico, puedes pedir que te controlen los niveles de la vitamina.
Por lo general, no forma parte de las pruebas de laboratorio estándar. Su nivel de vitamina D en sangre debe ser de al menos 30 nmol/L, pero idealmente alrededor de 50 nmol/L. Si es menor que este número, su médico puede recetarle un régimen de suplementos para ayudarlo a elevar sus niveles de vitamina.
También puedes comprar por tu cuenta suplementos de vitamina D como Maxasorb de Vita Sciences. Maxasorb proporciona 2000 UI de vitamina por dosis. Esta fórmula proporciona vitamina D3, así como vitamina E y aloe humectante en una crema fácil de aplicar para ayudar a reforzar la inmunidad y el bienestar.
Las personas en riesgo de sufrir deficiencia de vitamina D incluyen:
- adultos mayores
- aquellos con exposición limitada al sol
- personas con piel oscura
- aquellos con condiciones de malabsorción de grasas como enfermedad inflamatoria intestinal
- aquellos que se han sometido a una cirugía de bypass gástrico
- bebés amamantados
Aquellos que tienen deficiencia pueden correr riesgo de sufrir problemas de salud ósea como la osteoporosis. Además, como muestra la investigación actual, las personas con deficiencia de vitamina D también pueden correr riesgo de desarrollar obesidad.
La vitamina D y la obesidad
Un estudio reciente analizó el efecto de la vitamina D en niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad. Los resultados del estudio muestran que los niños que recibieron suplementos de vitamina D diariamente durante 12 meses tenían un índice de masa corporal (IMC), grasa corporal y niveles de colesterol mejorados más bajos en comparación con aquellos que no recibieron suplementos. Los investigadores sugieren que los suplementos de vitamina D pueden ayudar a los jóvenes a reducir el riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta.
Otras formas de reducir el riesgo de enfermedades
Además de mantener saludables sus niveles de vitamina D, hay otras cosas que puede hacer ahora para ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
- Manténgase activo: debe intentar estar activo la mayoría de los días de la semana durante al menos 30 minutos al día. Esto puede incluir caminar, hacer jardinería, limpiar la casa, nadar, andar en bicicleta o cualquier otro movimiento que acelere un poco su ritmo cardíaco. El ejercicio no solo es excelente para la salud del corazón, sino que también puede ayudarlo a gastar energía para dormir mejor por la noche y también puede ayudarlo a controlar el estrés y la ansiedad.
- Duerma lo suficiente: el adulto promedio debe dormir al menos de 7 a 9 horas cada noche para tener una salud óptima. Esto se debe a que durante la hora de dormir tu cuerpo trabaja para regular las hormonas, los líquidos, la presión arterial y muchos más procesos.
- Deje de fumar o no empiece a fumar: fumar puede contraer los vasos sanguíneos y, a su vez, aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Por lo tanto, si aún no fumas, no empieces. Si fuma, visite smokefree.gov para obtener recursos que le ayudarán a dejar de fumar.
- Limite el consumo de alcohol: las investigaciones han demostrado que el alcohol puede aumentar los triglicéridos o grasas en la sangre. También puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial y otros problemas de salud cardíaca. Por lo tanto, limite su consumo de alcohol a no más de la recomendación de una bebida estándar al día para las mujeres o dos al día para los hombres. Una bebida estándar equivale aproximadamente a 12 onzas de cerveza, 5 onzas de vino y 1,5 onzas de licor fuerte.
- Controle el estrés: El estrés y la ansiedad pueden elevar su presión arterial y también pueden afectar otras decisiones de estilo de vida saludables que desee tomar. Por lo tanto, esfuércese por reducir sus niveles de estrés. Puede hacerlo hablando con un consejero, haciendo algo de yoga o meditación, o practicando respiración relajante. Reducir el estrés también puede reducir la alimentación emocional, aumentar su energía y hacer que se sienta mejor en general.
-escrito por Staci Gulbin, MS, MEd, RD, LDN
Referencias:
Asociación Estadounidense del Corazón (15 de agosto de 2014) "El alcohol y la salud del corazón".
American Heart Association (consultado el 3 de octubre de 2018) "Be Healthy for Good with Life's Simple 7 Infographic".
Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión (consultado el 3 de octubre de 2018) "La actividad física reduce el estrés".
Hindustan Times (28 de septiembre de 2018) "Los suplementos de vitamina D pueden ayudar a los niños obesos a perder peso".
Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud (18 de septiembre de 2018) "Vitamina D."
National Sleep Foundation (consultado el 3 de octubre de 2018) "¿Por qué necesitamos dormir?"